26 Marzo, 2024
Hace ya 32 años se declaró en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que cada veinteseis de marzo fuese el Día Mundial del Clima.Un día para concienciar sobre la importancia e influencia del clima en nuestras vidas y en los ecosistemas. Por otra parte, el veintecuatros de octubre fue oficialmente designado como Dia Internacional contra el Cambio Climático. Desde aquella cumbre, comúnmente referida como Rio 92, han pasado más de tres décadas [1].
¿Está la gente más concienciada que entonces? ¿En qué punto nos encontramos ahora?
Para empezar, es importante recordar qué es el clima. El clima se suele definir como el conjunto de condiciones meteorológicas y atmosférica de una zona geográfica durante un periodo de tiempo prolongado. Es importante el detalle del tiempo, a las condiciones meteorológicas y atmosféricas puntuales se les llama tiempo. Estas condiciones suelen referirse a: viento, precipitación, humedad, presión atmosférica y temperatura. Las tendencias temporales de estos parámetros configuran el clima de las distintas regiones del planeta,, y se ven influenciadas por diversos factores, entre los cuales están los gases de efecto invernadero (GHGs).
En los últimos 30 años hemos podido comprobar como las emisiones afectan al clima, desde luego. Normalmente se usan como referencia los niveles preindustriales, es decir, la situación de la Tierra antes de la Revolución Industrial (siglo XIX). En el año 1990, el Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) publica por primera vez un informe de evaluación en el que afirman que el aumento de la temperatura atmosférica era de unos +0.3-0.6ºC comparando con niveles preindustriales [2].Según la Organización Meteorológica Mundial, el pasado año 2023 se alcanzó un incremento de +1.45ºC sobre los mismos niveles, y se espera más incremento este año [3].
Vale la pena recordar que, en el Acuerdo de Paris, en 2015, un aumento de +1.5ºC de la temperatura atmosférica sobre la era preindustrial era el objetivo para no superar a largo plazo, siendo +2ºC la línea roja a no traspasar bajo ningún motivo. No obstante, viendo los últimos datos, el rojo parece ir mutando a naranja y el límite parece ser cada vez menos estricto en ciertas conversaciones [3].
Otro indicador del cambio climático es la temperatura del agua de los océanos. Conforme las gráficas de temperatura atmosférica se disparan, las de la temperatura superficial en los océanos le acompañan. Las masas de agua son importantísimas a la hora de regular la temperatura atmosférica también. Todos conocemos la sensación de alivio en verano al acercarnos al río, lago u orilla del mar. Al realizar la comparación con la era preindustrial, podemos observar que, aunque en menor medida, también se ha producido un aumento de la temperatura en la superficie de los océanos de +0.65ºC [4]. Al aumento de temperaturas marinas le acompaña un problema clave: la acidificación.
En las grandes masas de agua salada del planeta hay un equilibrio importantísimo, que regula la cantidad de CO2 2 disuelto en el agua. Existe un balance entre este CO2, que acidifica, y el HCO3- y otras sales que pueden basificar [5]. La relación clave con la temperatura es que, a mayor temperatura adquiera la superficie del agua, más fácilmente se da la absorción de CO2 desde la atmósfera.
En el caso del océano, el pH en la era preindustrial era de 8.2. El pH promedio del océano está ahora en 8.1 [6]. Puede parecer poco, pero el pH es una escala logarítmica – esto implica que el aumento de una unidad en la escala se traduce en la disminución de diez veces la concentración de protones en el agua – y muchos organismos acuáticos son extremadamente sensibles a los cambios de pH. Entre ellos, los arrecifes de coral, comparados por su biodiversidad e importancia para el ecosistema marino con la Selva Amazónica en el ecosistema terrestre.
Los incrementos en la temperatura y alteraciones en la salinidad también afectan a las propias corrientes oceánicas. La circulación de vuelco meridional del Atlántico (AMOC por sus siglas en inglés) es un sistema de corrientes que regula el clima [7]. La base de este sistema de corrientes es el movimiento del agua por su temperatura y su densidad. El agua cerca del Ecuador está más caliente y es por tanto menos pesada, de manera que el viento la “empuja” hacia latitudes más altas en la superficie del mar. Estas masas de agua cálida hacen que, por ejemplo, en Europa, a la misma latitud que en Norte América, el clima sea más suave. La corriente que llega desde el Caribe hasta el Oeste europeo se encarga de ello. Conforme el agua se acerca a los polos, se enfría, gana densidad y se hunde, regresando hacia el trópico por el fondo del océano. Además de temperatura, las corrientes arrastran nutrientes y residuos.
¿Qué ocurre con el aumento de la temperatura? Los polos se deshacen. Más agua fría no supondría un cambio muy grande en las corrientes per se, pero el hielo no es agua salada. El agua dulce, al tener una densidad menos al agua salada, no se hundiría igual Según estudios recientes, el balance que mantiene el clima atlántico – y, en consecuencia, de los continentes que lo rodean – estaría perdiendo el equilibrio.
¿Posibles consecuencias? Se trastocan las “cintas transportadoras” de nutrientes dentro del sistema global oceánico, cambios bruscos e inesperados en los patrones de precipitación, cambios en las temperaturas, u otros eventos climáticos [8]. Por ejemplo, en el norte de Europa, al perder la corriente cálida del Golfo, podríamos hablar incluso de entrar en un período glacial.
Los cambios climáticos a estos niveles podrían llegar dentro de 50 o 100 años, si no se toman medidas. Es por ello que el día de hoy hay que reivindicar la importancia del clima y su equilibrio, así como la necesidad de protegerlo, o más bien, de no romperlo.
Ya estamos experimentando lo que son las olas de calor, precipitaciones extremas e inundaciones, sequías e incendios descontrolados. Necesitamos implementar medidas de mitigación y de adaptación para el cambio climático, medidas para la reducción de emisiones, investigación e innovación en tecnología verde, economía circular, y, sobre todo, medidas de decrecimiento tanto en producción como en consumo. El cambio climático es uno de los problemas más acuciantes que tendremos que abordar este siglo sin las medias tintas a las que estamos acostumbrados. Como sociedad debemos reconocer la importancia de actuar ahora para proteger el clima de nuestro planeta y asegurar un futuro habitable para nosotros, pero también para el resto de habitantes de la comunidad de la Tierra.
REFERENCIAS:
Pulse aquí para ampliar las referencias[1] Radio Popular – Herri Irratia (2023, 25 March). Día Mundial del Clima: “La situación es especialmente grave”. Retrieved on 12 March 2024, from https://radiopopular.com/podcast/dia-mundial-del-clima-la-situacion-es-especialmente-grave
[2] Rubio Hancock, J. (2019, 8 December). Estamos peor que en 1992: así ha cambiado el clima desde la Cumbre de Río. Retrieved on 12 March 2024, from https://verne.elpais.com/verne/2019/12/05/articulo/1575560850_842669.html
[3] World Meteorological Organization (2024, 12 January). WMO confirms that 2023 smashes global temperature record. Retrieved on 14 March 2024 from https://wmo.int/es/news/media-centre/la-organizacion-meteorologica-mundial-confirma-que-en-2023-la-temperatura-mundial-batio-todos-los
[4] Mena Roa, M. (2022, 8 June). Los oceános, cada vez más cálidos. Retrieved on 13 March 2024, from https://es.statista.com/grafico/17358/variacion-de-la-temperatura-global-de-los-oceanos/
[5] Liou, J. (2022, 23 November). ¿Qué es la acidificación de los océanos? Retrieved on 15 March 2024, from https://www.iaea.org/es/newscenter/news/acidificacion-oceanos-deficinicion
[6] Planelles, M. (2023, 20 March). La gran revisión cientifica sobre la crisis climática: “La ventana para assegurar um futuro habitable se cierra”. Retrieved on 16 March 2024 from https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/2023-03-20/la-gran-revision-cientifica-sobre-la-crisis-climatica-la-ventana-para-asegurar-un-futuro-habitable-se-cierra.html
[7] McPherson G.R., Sirmacek B.K., Massa J.R., Kallfelz W., Vinuesa R. (2023, 20 April) The commonly overlooked environmental tipping opints. Retrieved on 11 March 2024 from https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2590123023002451
[8] Parra, S. (2024, 19 February). La circulación del Atlántico se acerca a um punto crítico: ¿cuáles serían los efectos? Retrieved on 13 March from https://www.nationalgeographic.com.es/medio-ambiente/circulacion-altantico-acerca-punto-critico-cuales-serian-efectos_21600#google_vignette